En el exigente mundo de las startups, donde cada recurso cuenta y la competencia es feroz, el branding emerge no solo como un medio para construir preferencia y relevancia, sino también como una herramienta crucial para la optimización de recursos. A través de una estrategia de marca coherente y bien definida, las startups pueden alinear todos sus esfuerzos —desde la comunicación y el producto hasta la gestión de personas— hacia una dirección clara que les ayude a aumentar su competitividad.

Tomemos el caso de Nike, un ejemplo más que contrastado de coherencia de marca y que en algún momento de su vida también fue startup. Nike ha construido su posicionamiento en torno a la innovación y a la superación personal en el deporte, resumido en ese «Just Do It” que todos hemos lucido alguna vez. ¿Por qué sus productos son más técnicos y sofisticados que otras marcas como por ejemplo Decathlon? ¿Por qué en las gráficas publicitarias destacan los fondos negros con imágenes de deportistas esforzándose al máximo? ¿Por qué se atrevió a apoyar a Colin Kaepernick en uno de los patrocinios más arriesgados, brillantes y exitosos de la historia? En Nike, cada producto, campaña publicitaria y patrocinio está meticulosamente alineado con la idea central de la marca.

¿La idea central de tu marca es impulsar una belleza ética, fresca y hecha a mano? ¿Hacer el aprendizaje de idiomas divertido y accesible para todos? ¿Hacer que cualquier lugar te haga sentir como en casa? Partiendo de la premisa de que el posicionamiento que hayas definido sea diferencial, relevante para las audiencias, y defendible con tus productos y servicios, es momento de hacer apología de la coherencia. Porque si las marcas se construyen en el día a día, tener claro hacia donde quieres ir es la única manera de conseguirlo.

El branding, por tanto, no es tener un logo bonito y una narrativa que destile poesía en la web. Es una herramienta estratégica fundamental que guía cada decisión y acción, asegurando que todo lo que haces, cada euro que inviertes, sea una decisión racional y consciente que sirva para hacer realidad la marca que quieres construir. Por ejemplo, si tu marca se centra en la personalización, hacer apología de la coherencia te empujará a implementar sistemas avanzados de atención al cliente que permitan una interacción más personal y directa, en lugar de soluciones genéricas y automatizadas. Si tu marca se centra en la sostenibilidad, utilizarás materiales sostenibles en el packaging en vez de optar por opciones más económicas pero menos responsables con el medio ambiente. Si tu marca promete experiencias estimulantes y romper con lo establecido, tal vez tenga más sentido tener a Rosalía como embajadora de marca en redes sociales que contratar, tomémoslo como un ejemplo aleatorio sin inquina, a Alejandro Sanz. Y así podríamos seguir hasta el infinito. En las marcas, como en la vida, ser coherente es una buena inversión.

SOBRE IMANOL

Imanol es licenciado en Administración y Dirección de Empresas por la Universidad de Deusto (Campus de San Sebastián). En Breaking Molds, se dedica a romper moldes, diseñar estrategias y construir marcas como LUFE, ENEA, CEGASA, LAWESOME o CIMICO.