Decálogo de la actividad emprendedora

Presidente del Consejo Asesor de Deusto Social Lab y presidente de Honor de Orkestra.

Por Publicado en: 26 de junio de 20230 Comentarios

El emprendedor asume el papel estelar de la innovación. Para ello no estaría de más tener en cuenta: 

  1. Solo los proyectos abiertos evolucionan y progresan. El emprendedor, que se siente dueño de su idea, tiene que estar dispuesto a compartirla, escuchar críticas y asimilar nuevas perspectivas.
  2. Las preguntas y las respuestas están a nuestro alrededor. Los yacimientos de innovación están cerca de nosotros, en el día a día de lo que hacemos. Por eso, es importante propiciar el diálogo con lo que nos rodea.
  3. Se necesita reconocer la diversidad como un espacio de enriquecimiento. Existen perfiles diferentes en la actividad emprendedora, pero, en el límite, ninguno de ellos será capaz de crecer si no se alimenta de otros.
  4. El emprendedor no solo tiene que ver con tecnología y producto. Tenemos que asumir la diversidad de la actividad emprendedora, trascendiendo de la visión puramente tecnológica. Unos serán tecnólogos, otros gestores, otros comerciales, otros artistas… pero todos importantes para emprender.
  5. La transformación y la ruptura son parte de la actividad emprendedora. El emprendedor asume como natural la ruptura con lo establecido y está dispuesto a asumir el coste que eso supone. Crece rompiendo los bordes de lo conocido, afrontando el reto de luchar por el éxito y asumiendo el fracaso como parte del proceso.
  6. La calidad es la base de la excelencia. El trabajo bien hecho, la calidad, es la base sobre la que el emprendedor debe construir su apuesta de diferenciación, de innovación. El emprendedor debe interiorizar que la idea genial solo se sostendrá basada en la calidad.
  7. Es necesario medir los resultados de lo que hacemos. El emprendedor debe asumir que se buscan resultados en el tiempo y que es necesario que lo que haga sea útil, aporte un valor reconocido por el mercado y la sociedad. Una idea puede parecer buena, incluso ser buena, pero es el mercado y la sociedad los que dirán si vale o no la pena.
  8. El tamaño no es excusa para afrontar el reto emprendedor. En general, las grandes rupturas con lo establecido son más fáciles de abordar por el emprendedor pequeño –por su cultura de asunción de riesgos– y resulta más complicado para la empresa ya existente –que tiene más espacio conquistado que proteger–.
  9. Los valores que conforman cultura marcarán el proyecto del emprendedor. Los valores son lo más difícil de copiar por la competencia y, también, lo más difícil de construir. Se construyen en el día a día, a través de los comportamientos observables de todos los que forman parte del proyecto.
  10. El núcleo de todo proyecto es la persona. Son las personas las que se comportan y proyectan valores, las que tienen el talento y la visión para crear rupturas, las que se comprometen con el cambio y asumen el riesgo, las que hacen las cosas posibles… Y esto mismo debe asumir el emprendedor cuando necesite de otros para llevar adelante su sueño.

 


SOBRE JOSÉ LUIS

Economista y Doctor en Competitividad Empresarial y Territorial, Innovación y SostenibilidadAsesor de empresas e instituciones, presidente del Consejo Asesor de Deusto Social Lab de la Universidad de Deusto y presidente de Honor de Orkestra. Es miembro del Consejo de Gobierno de la Universidad de Deusto y Académico de número de Jakiunde

Ha sido Consejero de Economía y Hacienda del Gobierno Vasco, Presidente de Ibermática y Presidente de Euskaltel. Libros publicados: “El desafío de la innovación”, “Tiempo ¿muerto? para innovar”, “Innovación abierta y alta cocina”, “Teoría (imperfecta) de la innovación” y “La (nueva) era de la anomalía”.

 

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