El mundo empresarial despliega un papel crucial en el tejido social y económico, ya que no solo genera empleo, sino que también facilita los ingresos que necesitan las arcas públicas para sustentar servicios públicos de calidad. En este contexto, la competitividad empresarial se erige como un pilar fundamental para garantizar tanto el empleo como los retornos fiscales necesarios. Sin embargo, la adaptación a un entorno social, político, regulatorio, económico… cada vez más complejo y en constante cambio, plantean desafíos significativos para las empresas consolidadas y para el tejido empresarial en su conjunto.

La innovación emerge como una herramienta esencial para abordar estos desafíos y mantener la competitividad. Si bien muchas empresas consolidadas enfrentan dificultades para innovar debido a su tamaño y rigidez, las startups destacan por su agilidad y capacidad para generar innovación dirigida al mercado. Potenciar la masa crítica, así como la capacidad innovadora de estas últimas es crucial para impulsar la competitividad de un territorio.

En este contexto, la creación de un ecosistema de innovación abierta cobra relevancia. En palabras de Henry Chesbrough, padre del concepto “open innovation”, “la innovación abierta se extiende más allá de la colaboración entre dos empresas, siendo importantes el diseño y la gestión de comunidades innovadoras”. Un claro ejemplo de ello es BAT, el centro internacional de emprendimiento que aglutina a empresas, startups, inversores y los principales agentes de la “cadena de valor” de la open innovation actuando como nodo de generación de alianzas internacionales y conexiones de alto valor añadido, y desde donde se despliegan todo tipo de herramientas de innovación abierta. Para ello, también BAT colabora con diferentes actores clave, como Berri Up, que permiten impulsar al ecosistema a través del desarrollo de programas de aceleración, la conexión con inversores…

Las relaciones sinérgicas entre grandes empresas y startups pueden generar un entorno económico más competitivo, aprovechando los recursos y el acceso al mercado de las primeras, junto con la agilidad y flexibilidad de las segundas. Además, las administraciones públicas disponen de herramientas como la fiscalidad y las ayudas para fomentar la colaboración entre empresas consolidadas y startups, ejerciendo un papel de liderazgo para alinear voluntades y promover estas colaboraciones.

Bizkaia y Euskadi buscan impulsar su competitividad mediante la consolidación de un ecosistema de innovación abierta que mejore la competitividad de sus empresas establecidas y que fomente la creación y desarrollo de startups innovadoras. Esto incluye la generación de una masa crítica suficiente y la conexión con proyectos provenientes de diferentes entornos, enriqueciendo así el tejido empresarial y facilitando la expansión internacional del territorio.

En conclusión, el impulso de la competitividad empresarial requiere un enfoque integral que promueva la colaboración entre empresas consolidadas y startups, aprovechando la innovación abierta como motor de desarrollo económico y social. Este enfoque no solo fortalecerá el tejido empresarial local, sino que también posicionará a Euskadi como un referente internacional en innovación y emprendimiento.

SOBRE ERIZ

Es Director del área de Competitividad del Sector Público en PwC, consultora para la que lleva trabajando más de 15 años. Desde 2021, ejerce el rol de Director de BAT, la gran apuesta de Bizkaia por el emprendimiento y la innovación abierta.

Licenciado en Ingeniería de Organización Industrial e Ingeniería Informática, ambas por la Universidad de Deusto, ha complementado su formación con un Programa Avanzado en Consultoría Empresarial por la EOI, posee un Máster en Emprendimiento Tecnológico para la Silver Economy por la Universidad de Mondragón así como diferentes certificaciones en el ámbito del emprendimiento y la innovación tecnológica por universidades como el IE, University of Maryland, University of Pennsylvania…